El modelo sistémico, ha llegado a ser en los últimos años uno de los que más popularidad ha alcanzado, no sólo en la psicoterapia sino también en la intervención psicosocial, el trabajo social, lo organizacional, las áreas asociadas a las ciencias de la salud, y en la resolución de problemas escolares. Esto no es un asunto del azar; la razón de la importancia que ha tenido el modelo sistémico, se da en el hecho de que se centra en el trabajo con la familia, considerada el centro de la vida social pues son pocas las cosas que ocurren en nuestra sociedad que no tienen que ver directa o indirectamente con ella, ya que este es un grupo socio-afectivo primario.
Para los modelos de intervención psicoanalítico, fenomenológico, conductual o cognitivo, su unidad de análisis es el individuo, la persona; a los que la psicología tradicional y la cultura occidental le dan una importancia suprema. Sin embargo, en el modelo sistémico sus bases conceptuales no son la personalidad, sus rasgos, ni la conducta individual, sino el sistema familiar como un todo, como un organismo estructurado e interdependiente que establece sus propias formas de interacción y en las que el individuo es uno de sus componentes con una función y posición.
Cuando alguno de los miembros del sistemas familiar presenta sensaciones subjetivas de incomodidad, que afectan su vinculación con la familia o con sigo mismo, afectando su salud mental generando vulnerabilidad en el área física, social o emocional, la terapia sistémica observa lo que está ocurriendo en el interior del sistema al que este pertenece más allá de una situación particular de quien lo vive.
¿Qué hace la terapia familiar sistémica?
Cuando surge algún malestar en el sistema familiar, se tiende a trabajar con toda la familia y se procura orientar la intervención para que se logren alterar los patrones de interacción familiar en los que el síntoma cobraba su sentido. En este modelo, desaparece el paciente como objeto de la intervención y también el terapeuta, puesto que se suele trabajar en equipo. Aquí el terapeuta es un observador, que a su vez es observado por el sistema que interviene.
Para la terapia sistémica, el terapeuta deja de ser el eje, como sí ocurre en otros modelos de intervención. Además en este modelo no se ve al terapeuta como el que “tiene la respuesta para todo”. El equilibrio sistémico se logra a partir de la interacción del terapeuta con el sistema familiar.
Finalmente se debe resaltar que la terapia sistémica se aplica en la terapia individual, la terapia de pareja y la terapia de familia, y que sus resultados siempre son muy satisfactorios.
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